19 de noviembre de 2007

Orientación vocacional

¿Cuáles son los factores intervinientes en la elección de nuestro destino?. Si, nuestro destino, porque creo que lo vocacional no tiene solo que ver con lo laboral, sino también con otros aspectos vitales; nuestra relación con la sociedad, con nuestros afectos, con nosotros mismos.
Es nuestra socialización, comenzando con nuestros padres, pasando por la escolaridad, aquello que irá marcando en nosotros la dirección que seguiremos. Si no hemos sido educados en la cultura del esfuerzo, de postergar nuestra satisfacción inmediata para enfocar esas energías en el crecimiento personal, difícilmente podamos concretar un futuro como el que deseamos.
Desgraciadamente, resulta más hoy fácil especular con triunfar “mágicamente” al ser parte de un reality, o ganando algún sorteo, pero lo más frecuente es terminar en lugares, empleos o actividades por los cuales no se siente ningún aprecio.
también colabora el deterioro, sistemático a mi entender,del sistema educativo. Inclusive resulta inevitable pensar que la cultura del trabajo poseé poco y nada de popularidad debido a que vivimos en un mundo que no se proyecta al futuro.
El leiv motiv del movimiento punk era precisamente éste “no future”. No hay duda en que si este es nuestro horizonte, no vale la pena “sacrificar” años estudiando en lugar de “vivirlos”. La cuestión es en realidad como los vivimos. La impotencia que encierra este lema, se disfraza y oculta en una aparente violencia y rebeldía, que solo termina dañando al “rebelde” mismo.
A mi parecer, la rebeldía reside en no creer en esa frase, pero teniendo en cuenta que para que ese futuro exista, hemos de arremangarnos la camisa y ponernos a trabajar. Ser capaces de
trabajar, de crear, nos inmuniza contra aquello que nos quiere convencer que no se puede hacer nada para tener un futuro.
Busquemos entonces hacer algo que podamos amar y disfrutar, aunque nos tomemos algún tiempo.

1 de noviembre de 2007

Autoestima

La manera en que nos percibimos a nivel intelectual, físico y social, define nuestra autoestima. Esta percepción, en mayor o menor medida, es condicionada por múltiples factores. La mirada de nuestros padres en la infancia, la educación, nuestros amigos, los medios de comunicación, etc. siendo el primero de los mencionados el más poderoso. Una familia amorosa y madura afectivamente, dotará a sus hijos de una percepción adecuada de si mismos y de los demás, y les permitirá tener una apreciación crítica de la mirada y de las opiniones que de ellos tienen los demás.
Desgraciadamente, la ideología de mercado conspira contra la autoestima. El mercado "necesita" que las personas necesiten cosas, para poder vendérselas. Desde lo más insignificante, un yogur para el "transito lento", hasta lo terrible de modificar artificialmente el cuerpo para encajar en los moldes que este mismo mercado impone como "tendencia".
Se produce entonces un sistemático desmantelamiento de toda institución constructora de subjetividad, como la familia y la escuela, vaciando al ser humano de valor y de sentido intrínseco, es decir por el solo hecho de su existencia, convirtiéndolo tambien en objeto de comercio.
Contra esta "tendencia" se ha de construir la autoestima. Si solo no se puede, procuremos unirnos con otros en esta lucha. Si no, para eso estamos los profesionales de la salud mental, porque si, esto es algo que tiene que ver con la salud mental.


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